EFAlac : de pasiones y (des)encuentros
x marian pessah
aquí fotos
A pocos días de finalizado el Encuentro Feminista Autónomo latinoamericano y caribeño, trato de sentarme a escribir, organizar ideas, pensamientos y emociones. Sensaciones.
Soñé durante meses un encuentro que no aconteció. Pero hubo otros. Encuentros con antiguas amigas, conocernos con nuevas. Mirarnos a los ojos fuera del espacio virtual. Destejer mitos. Generar muchas y nuevas reflexiones.
De a poco iban llegando mujeres y lesbianas de todas partes, nos íbamos reconociendo y abrazando con algunas, conociendo con otras. Algunas bajaron en bicicleta desde San Pablo, otras a dedo desde Salvador. Algunas llegaban en avión desde México, Guatemala y hasta de buses de diferentes lugares del sur. Entre las 182 compañeras inscriptas, ha habido de Chile, Argentina, Uruguay, Perú, Colombia, Estado Español, País Vasco, muchos estados brasileros; del campo y de la ciudad.
El gran evento se preparaba desde hacía meses para el 28 de abril e iría hasta el 1º de mayo con una gran marcha que visibilizara a trabajadorAs de AMLAC. El jueves 26 hicimos la última reunión con la comisión local, o… ensayo general de 7 horas y el viernes 27, con varias compañeras que ya estaban llegando, nos dividimos en 2 grupos, uno, para ordenar y reorganizar la metodología del encuentro que había sido construida vía internet, otro, para comenzar a apropiarse del espacio de la bella y enorme Usina do Gasómetro. Todas terminamos en el Comité Latino-Americano bailando y cantando. Espacio súper especial en nuestra ciudad, que además fue donde fuimos gestando el EFAlac, y nos fuimos encontrando semanalmente durante meses.
Sábado 28. Unas compañeras nos ocupábamos de las inscripciones, otras, seguían dándole nuestra cara al lugar, resolviendo cosas de última hora
Imágenes proyectadas de mujeres y lesbianas de otros encuentros nos fueron acercando. Fuimos generando un momento vivencial, trabajamos el círculo, primero con los ojos vendados recibiendo cariños, masajes, susurros… luego, cada una dejaría en el centro algo simbólico, personal, que quisiera compartir. Desde ese lugar Clarisse, desde la comisión local e integrante de uno de los primeros grupos feministas en Brasil, Costela de Adão, daba las bienvenidas a Porto Alegre, seguía Eva, llegada del Uruguay, dando un panorama sobre Encuentros Feministas Autónomos. Mencionó Sorata en Bolivia, que fue construido en seguida después del VII EFLAC en Chile, momento herstórico en que el Movimiento Feminista se separa entre autónomas e institucionales; luego Uruguay, y México en el 2009. Siguieron Ochy, Yuderkys, Amandine, Tais hablando de las autonomías, su construcción, nuestros cotidianos. Luego yo retomaba al “hoy”.
Aun dentro del círculo, como seguíamos sentadas, unas compañeras expresaron su necesidad de no ser fotografiadas y subidas al Facebook. Se dio un momento muy tenso, ya que en lugar de ser comprendidas y abrazadas, fueron cuestionadas. ¿Es que no éramos feministas– ¡y valga la redundancia! – quienes tenemos consciencia de opresión patriarcal las que venían al encuentro? ¿No podemos pensar que algunas compañeras que llegaron, podían estar atravesando situación de violencia con sus compañeros, sean amorosos o de militancia? ¿Cuántas veces escuchamos excusas que las mujeres dan para salir de casa? Que van a lo de su prima, tía, a visitarla, ¿o es que estamos tan lejos de esas “otras” realidades? ¡Imaginen luego, aparecer en el Facebook en un Encuentro Feminista Autónomo! ¡Qué violencia podría estar generándose! Una de las compañeras se sintió tan atacada y molesta, frente al cuestionamiento de su posición, que se preguntaba, pero no es acaso uno de los principios básicos del Feminismo, cuando una mujer dice NO, es NO. “Pues, no quiero ser fotografiada, y ya”. A otra compa le temblaban las manos.
A pesar de estas diferencias, fue un debate muy interesante porque a muchas que no habíamos pensado en el tema, nos dejó con la pelota picando.
Primera decepción. El espacio que hasta la noche anterior teníamos asegurado y varias veces confirmado, el Sindicato de los Bancarios, donde haríamos las comidas en un precioso salón con mesas, sillas y una enorme cocina al lado, donde tendríamos también un gran auditorio como alternativa de espacio más íntimo y cerrado, había sido cedido para un grupo que pagó por él. Uno de los riesgos que corre la autonomía en un sistema capitalista. Por suerte la fuerte lluvia nos salvó de la dispersión. A partir de ese momento, sólo trabajaríamos en la Bella y Gran Usina do Gasómetro. Pero sentimos su falta. Amandine –quien llegaba desde Guatemala- había preparado un trabajo muy interesante para que (nos)trabajemos odios, broncas, rencores, antes de comenzar y el espacio ideal era el que quedó entre sueños.
Luego nos separamos en 3 grupos de trabajo, los mismos que estaríamos durante los 3 días, para trabajar los 3 ejes.
Eje 1: Recuperando y reconociendo, desde nuestras historias de construcción, la autonomía feminista en América Latina y el Caribe.
Este 1º día estuve en un grupo muy diverso, con compañeras campesinas que habían militado durante muchos años en el MST – Movimiento de Trabajadorxs Rurales Sin Tierra y que por graves diferencias ideológicas salieron de ese espacio hace unos meses; fue una acción conjunta con compañerxs del MTD – Movimiento de Trabajadorxs Desempleadxs. La carta fue firmada por 51 personas, la gran mayoría mujeres del sur de Brasil, uno de los motivos de la salida, es el machismo o las prácticas patriarcales que no dejan avanzar ni tomar ciertas decisiones a las mujeres. Cuando nos presentábamos, se dio un momento muy interesante, ya que algunas lo hacíamos como lesbianas y no como mujeres, sólo este tema, nos llevó un tiempito muy rico de conversación.
A partir de las 7 pm, fuimos al Museo do Trabalho, donde nos esperaba un cocktail autodenominado afro, preparado por compañeras de la Vila Cruzeiro, cercanas al grupo Maria Mulher. También fue un bello momento de música brasilera. Un lindo desafío de las compañeras que acabaron creando “Sons da Terra e Pé no chão”, pues eran mujeres que participan de grupos mixtos y asumieron el desafío de subirse al escenario sin hombres, creando un proyecto propio. Entre medio, dejaron (poquito) espacio para lecturas de poemas.
Domingo 29. El día continuó con los grupos de trabajo, mi grupo se acabó uniendo a otro y trabajamos el Eje 2: La autonomía feminista y su relación con otras propuestas críticas y contrahegemónicas en el contexto regional. Trabajamos con tarjetas, íbamos escribiendo conflictos que iban saliendo y luego, de tan armonizadas que estábamos, como respuesta casi “natural”, comenzamos a hacer tarjetas con soluciones. Todo esto generó una performance llamada “La vulva falante” que quedó montada en medio de la sala.
De noche reunión en el pub 512 con sarau (lecturas) erótico, lamentablemente aquí no se pudo vencer la barrera de que los hombres no estuvieran presentes, tanto en el público como desde los micrófonos. Una pena. También estaba preparado un recital de Ochy Curiel, que fue cortito por su afonía.
Lunes 30. Continuación con los grupos de trabajo. Eje 3: El pensar-hacer de nuestras apuestas-propuestas “otras”. Nos fuimos a debatir a orillas del río, comiendo frutas y tomando mate.
Como dentro de la propuesta estaba el pensar sobre la entrada de lxs compañeras trans a los encuentros, así como de los hombres feministas. A nuestro pesar, nos llevó un riquísimo tiempo que lo hubiéramos preferido emplear en nosotras. En mi grupo, todas coincidimos con la entrada de trans, así como ninguna de nosotrxs estuvo de acuerdo con la entrada de hombres a nuestros espacios. Se hizo hincapié en la diferencia entre articular, estar juntxs en algunas actividades, con la presencia de ellos en Encuentros Feministas Autónomos. Muchas nos preguntamos, sabiendo que algunas mujeres son violentadas por sus compañeros, cómo se puede saber, llegado el momento, que ese hombre se “identifica” con la causa y no con venir a controlar a “su” compañera.
Mi grupo fue muy rico en debate. Tuvimos la presencia de 2 personas asumidas trans, ex tortas y bolleras, también yo me he quitado la “a” del femenino, y se abrió a muchísimas dimensiones, más allá si femenino construido, destruido o hasta dónde quiero llegar con mis “masculinidades” no patriarcales.
De tarde estaba planeada la única plenaria del encuentro. Desde la metodología, se intentó evitarlas pensando que suelen ser espacios de discusiones que se quedan con nuestras energías, poco resolutivas. Pero esta tenía un objetivo especial, cada grupo habría trabajado los sujetxs del feminismo y debería de llevar el tema, escrito en tarjetas para objetivar el debate, y plantear si las personas trans entran a los encuentros y la gran novedad, si los hombres también pueden hacerlo. El debate no fue fácil, aunque no hubo voces respecto a la entrada de personas trans a los encuentros, sí hubo total objeción a la entrada de hombres a nuestros espacios.
Luego hubo una especie de evaluación del encuentro, rarísima sensación, como si a un día de que terminara, ya lo estuviéramos cerrando.
Luego fiesta en Laika, cuna del heteroburguesismo macho. Eso quedó marcado en la puerta cuando un grupo de mujeres del EFAlac, fue agredida por un hombre de la “seguridad” del sistema, quiero decir, del lugar.
Martes 1º de mayo. Comenzamos desde tempranito, éramos unas 7 que estábamos en encuentro permanente en casa. Mientras desayunábamos en la cocina, nos dimos cuenta de la rara sensación con la que nos encontrábamos, tener que ir a un espacio que estaba “fuera” del espacio, como si los talleres que se darían ese día, hubieran quedado al margen del encuentro.
Quien ríe último, ríe mejor y a carcajadas.
A pura autonomía quebramos nuestro propio “protocolo”. Luego del mal sabor que nos dejara el “cierre” del encuentro al 3º día del evento, dejando los talleres fuera de él, jerarquizando importancias entre lo intelectual y lo vivencial, entre el debate constructivo y … quien sabe qué, nos apropiamos del último día del encuentro.
Nos sentamos entre las que íbamos llegando y fuimos presentando las propuestas. Estaba claro que no queríamos una dinámica de competir por quién tendría más interesadas en participar, la proporción de talleres y participantes merecía generar una dinámica propia, sumado al interés que muchas teníamos de participar de varios, que si nos quedábamos en “dar”, no recibiríamos. Comenzamos por consenso de una manera muy brasilera. Las compañeras del colectivo Teresa de Benguela, formado por mujeres de capoeira, con la excusa de un precalentamiento ante el frío otoñal q insistía por esos días en hacerse presente en Porto Alegre, nos dieron una clase magistral que también incluyó la propia reflexión sobre los espacios que las mujeres ocupan en este arte libertador. Aprendimos, nos movimos, reímos, disfrutamos y nos quedamos con ganas de más.
Entre las compas de La Cuerda, venidas de Guatemala que darían un taller sobre el mundo que soñamos y el mío de la Ruptura de la Monogamia Obligatoria, creímos que estábamos apuntando hacia un mismo lado, entender, desconstruir, para reconstruir apropiándonos de nuestras realidades. Decidimos unirlos, así como el de Drag King que hablaba y cuestionaba las masculinidades patriarcales. Comenzamos por este último. ¡Fue fantástico! Además, quedamos como hipnotizadas escuchando a Tino y Txurrus, tanto que el tiempo fue pasando, y nosotrxs con él. En este taller estaban compañeras que actuaron durante muchos años en el MST, MTD, las compañeras de capoeira, compas de diferentes lugares de Brasil, y de AMLAC. Colores, sexualidades, clases. Digo todo esto porque fue emocionante ver cómo nos reconocíamos, cada una desde sus vivencias, en las teorías y prácticas que nos acercaban lxs compas del Estado Español y del País Vasco.
Otro grupo estaba ocupando un espacio y vistiéndolo de biodanza, abrazos y debates.
No pudimos separarnos ni para almorzar, así que algunas, las más movedizas, nos traían comida y las más charlatanas seguíamos dándole a la sin hueso. Así llegó el momento de un video que las compas de Bilbao nos mostraron con 30 años de experiencia en autonomía y autogestión. Una delicia las energías y cosas que son realizadas en tantos lugares.
Más tarde nos fuimos al río, junto al precioso atardecer que nos ofrecía la ciudad, finalmente hicimos el debate de la RMO – Ruptura de la Monogamia Obligatoria, o… cómo romperle las monogamias al sistema, junto al mundo que soñamos. En realidad era una continuidad, un sinfín, porque desconstruir la femineidad y construirnos masculinidades no patriarcales, o hablar en autonomías y autogestión, ya era parte, pero claro, cuando nos atraviesan el cuerpo y las relaciones afectivas, amorosas, personales, y lo ponemos en el contexto del patriarcado capitalista, ay ay ay… Se iban sumando nuevas compas.
Entre las presentes, decidimos que no haríamos la marcha que habíamos imaginado en un comienzo, ya que era el primer día que nos dedicábamos a escucharnos, a hablar libremente sin seguir programas ni marcarnos el tiempo, sin relojes y eso nos tenía tan plenas hacia nuestros adentros, que por un día, optamos por dejar el afuera de lado. Nos fuimos a terminar la noche a la Casa do Teatro donde continuamos conversando, sin tiempos ni relojes, sin levantar la mano para pedir la palabra, tu grupo y mi grupo y lo que dijiste y me quedé pensando … mientras escuchábamos cantar a Nyh. Finalmente, dándonos con la realidad de una Porto Alegre que se va a dormir, obligadamente, muy temprano. A media noche teníamos a la brigada militar en la puerta, obligando a cumplir con la ley de cerrar el espacio a media noche, sino, todas perderíamos nuestros zapatitos y nos convertiríamos en simples mujeres del sistema. Peor amenaza imposible. Así que la fiesta se descentralizó. Yo que no soy de salir mucho de noche, desconocía por completo estas leyes. Esta noche el puerto revelaba su cara triste.
Momento de reflexión
Empezando por lo que me “hace ruido” y ya a varios días, pienso que una de las mayores fallas fue la metodología. No estoy con esto queriendo culpar a nadie, al contrario, me meto dentro de la foto y lo asumo como autocrítica. Como momento complicado que estamos viviendo entre las diferentes autónomas y autonomías. Es difícil construir colectivamente cuando no se está sintonizada, cuando los objetivos ya no son los mismos. Y si estamos en diferentes lugares y no podemos mirarnos a los ojos, todo se hace más difícil y las presunciones de maldad, aparecen a la orden del día, lo que complica la construcción colektiva.
Desde la CO local recibimos muchas agresiones de diferentes lugares y eso nos acabó debilitando pues no éramos un grupo previamente constituido, ni nunca terminamos siendo la pretendida EKIPA, simplemente fuimos un puñado de mujeres y lesbianas reunidas para la “ocasión”. Con niveles muy variados de compromiso y de consciencia feminista.
Para salir del malestar que nos encontrábamos en Porto Alegre, sintiendo muy poco apoyo regional, decidimos hacer una carta visibilizando nuestra postura. Cometimos el error de que ella saliera en la 3ª boletina y fuera asociada – tal vez – por gente que no leyera que sólo era la posición de la Comisión Organizadora local, con nombre y apellido de las 9 que así pensábamos. El estar expresadas, por un lado nos alivió mucho. Efecto esperado. Por otro lado, muchas compañeras de otros países comenzaron a odiarnos en voz bajita porque entendían que nos habíamos arrogado la posición latinoamericana y caribeña. Efecto no esperado. Por eso, al comenzar el encuentro, hice un pedido de disculpas formal, en el cual aclaraba que de ninguna manera había sido nuestra intención tener la voz hegemónica, pero sí calmar a muchas fieras que tanto de dentro de Porto Alegre, de Brasil y de AMLAC, nos disparaban sus agresiones y molestias. Éramos al mismo tiempo tildadas de queer y de transfóbicas. Sabemos que nunca conformaremos a todo el mundo, y tampoco es nuestra intención, pero sí buscábamos / necesitábamos que nuestras voces fueran escuchadas, por eso durante varias reuniones nos ocupamos de construir esa carta colektivamente.
Quiénes estuvimos
En estos cuatro días en Porto Alegre, han pasado muchas y distintas compañeras. Creo que este no es un dato menor si pensamos, en comparación al anterior Encuentro Feminista Autónomo realizado en México en el 2009, pegado al EFLAC, donde muchas llegaron becadas por la corriente institucional. La decisión de independizarnos de fechas y lugares, ser autónomas del feminismo, era un riesgo que decidimos asumir, no desde la comisión local, sino latinoamericana y caribeña. A una conclusión que podríamos llegar, es que estamos visibilizándonos. También en medio del caos/crisis y conflicto permanente.
Vinieron, inclusive, las compañeras de la Red Nosotras en el Mundo, a grabarnos especialmente. Pueden escucharse aquí los audios.
Durante días me quedé con la sensación que los números que veía, no coincidían con mis sensaciones hasta que me tomé el trabajo de volver a mirar las fotos de México, las comparé con las de Porto Alegre, fui contando las participantes y me di cuenta que en términos de número fue muy parecido, sucede que en la Gran Usina, nos perdíamos un poco, cosa que no sucedía en el espacio de Sindicato que tuvimos en el DF.
También es importante volver al punto, nos interesa el número o la calidad. Una vez, en el 2004, yo recién me asumía feminista autónoma y estábamos por comenzar el VI ELFLAC en México, ante la posible retirada de algunas lesbianas feministas autónomas, Ximena Bedregal me dijo: las feministas autónomas nunca hemos trabajado por el número. Y esa frase se me vuelve a hacer presente. La autonomía es una posición política, no pedir financiamientos, generar consciencia, vivir de “otra” manera, fue y es uno de nuestros desafíos constantes.
¿Nos interesa el número o ver quiénes estamos construyendo aktivamente, encontrarnos por afinidades? Son las posibilidades que nos dan los encuentros, ponerles caras a voces, rostros a letras, tonos de voz a textos leídos. Debates a escritos pensados desde un escritorio, preguntas y reflexiones a futuros textos. También nos interesaba profundizar qué implica hoy la autonomía y ver, evaluar nuestras coyunturas. Eso se hizo en los trabajos de grupo.
Cuando hay gente que como al pasar, suelta la frase “faltaron las negras, las pobres”. Las lesbianas solemos visibilizarnos tanto, que a nadie se le ocurriría pensar que no estábamos presentes, es más, seguramente ciertas voces dirán que por ahí estábamos, lesbianizando el encuentro como solemos hacer. Vuelvo, cuando hay gente que de manera “poco observadora” afirma que “faltaron las negras, las pobres” me pregunto qué sucede que no nos miramos. No nos escuchamos. Había muchas mujeres pobres y precarizadas por este sistema, había mujeres y lesbianas negras, como una compañera lo dijo casi llorando en la plenaria ¡¿“es que no me ven”?! Seguramente deseábamos ennegrecer más aun el encuentro, y me pregunto qué estará pasando ya que el mismo tema salió en el ELFLAC realizado en Guatemala, durante el 2010. Creo que a veces tenemos que tener cuidado con las formas en que planteamos nuestras “afirmaciones”, pues quienes acaban llevando la bronca son/somos las presentes. Como cuando se dice “no vino nadie” a las cuatro personas presentes. Vale recordar que Rio Grande do Sul y Santa Catarina son estados que tuvieron mucha inmigración italiana y alemana, muchas mujeres rubias presentes, no necesariamente pertenecían a una clase media, al contrario, muchas eran precarizadas por el sistema, también rurales.
¿Pero por qué muchas se inscribieron y no volvieron? Yo escuché la pregunta – por qué no vienen xxxx. Yo me pregunto, ¿por qué no se quedan? Sabemos que nunca quedarán contentas todas, pero insisto, acá la metodología tuvo un papel importante que vale la pena evaluar. ¿Por qué ha habido tanto tránsito? Siempre lo hay y se sabe que no todas llegan a las 9.00 hs, que unas prefieren la noche y otras el debate, que se aprovecha el río y dar una vuelta de barco, conocer la ciudad y demás cosas que suceden en todos los encuentros, sean institucionales o autónomos. Muchas vienen a mirar, a ver de qué se trata, más aún cuando es en un espacio público. Pero hubo quien vino a mirar y se quedó, y por primera vez tuvo contacto con el feminismo y el lesbofeminismo. Hubo compañeras que nos abrazaban y agradecían con lágrimas en los ojos, que se emocionaron y disfrutaron por primera vez entre “más de 100 mujeres”. Otras que decían que el encuentro, había superado sus expectativas. Muchas no se querían volver a sus lugares.
Continúo con mi pregunta: ¿Cómo se organiza una metodología que nos contemple a todas? Desde la armonía y la coherencia en la propuesta. Que no sea sólo cuerpo y emoción, tampoco pura teoría intelectual.
Es de resaltar que hubo momentos que estuvimos cerca. Sobre todo el último día cuando “quebramos el protocolo”.
También al comienzo del segundo día, cuando Marta, compañera colombiana, guió un trabajo muy interesante. Hizo que nos dividiéramos en grupos, nos dio un papel madera de aproximadamente 40 x 50 cm donde debíamos pararnos 5 personas adentro. La consigna era darlo vuelta, quien ponía un pie afuera, sería comida por los cocodrilos hambrientos del patriarcado. Lo que a primera vista era una misión imposible, acabó siendo un trabajo que hubiera dado para horas de reflexión sobre la solidaridad, el sentido de equipo, o ekipa, estrategias colektivas. Sororidad. Lamentablemente, por ¿falta de tiempo?, no pudimos ahondar en todo lo que nos generó esta experiencia tan rica que creo, nos tocaba a todas. Intelectuales, artistas, más leídas, recién llegadas, campesinas, urbanas, negras, blancas, extranjeras, pobres, lesbianas o en tránsito. Una compañera de la Pastoral de la Tierra, me dijo que lo incluiría en las actividades de su grupo.
En cambio, tuvimos que dedicarle horas a justificar (¡en nuestra propia casa!) por qué no deseamos la entrada de hombres en los encuentros, para así, llevarlo a la plenaria.
Años atrás, las autónomas nos colocamos firmemente CONTRA la entrada de personas trans a los encuentros lésbico-feminista (ELFLAC 2004), y feminista (EFLAC 2005). Pero en esa época era OBVIA la imposición desde fuera del movimiento, el interés de las financiadoras – y sus férreas seguidoras de la institucionalidad. Pero hoy la propuesta viene desde ADENTRO. Entonces la pregunta es ¿qué pasó? Y la respuesta más “básica” que se me ocurre pensar, es que no hay una única autonomía sino varias, con algunas de las cuales ya no tenemos nada que ver con las otras. Salió bien nítido en mi grupo, por lo menos, cuando hablábamos de prácticas y de cómo y con quién/es decidimos trabajar. El planteo de la entrada de los hombres, se dio como totalmente intelectual y qué sucede con la realidad de la calle, las prácticas cotidianas. Tengo ganas de preguntar/nos cuándo nos decidiremos a avanzar. Hace años, como ya lo dije más arriba, nos vemos atravesadas por el binomio que se ha generado. Si las personas trans pueden o no entrar a los encuentros. ¿Ahora que felizmente conseguimos luego de AÑOS llegar a un consenso, tenemos que generar una nueva división? ¡Ahora por los representantes del patriarcado en sus cuerpos!!! Me parece muy pertinente recomendar aquí el texto que escribió en su momento Clarisse Castilhos “Pobres hombres”, cuando salió el debate en la lista de las feministas autónomas.
¿Cómo continuamos?
Desde es(t)e lugar, y respondiendo a varias compañeras que no han estado y han preguntado por la próxima sede, es obvio que no se hablara de un próximo encuentro, porque nos vimos atravesadas por la ruptura de la corriente. Quienes llevamos un tiempo en la autonomía feminista pudimos sentir la pena, el dolor, el quiebre. También la emoción de tantas compañeras nuevas contando que el encuentro superara sus expectativas.
Entonces, nuevamente la pregunta es qué tipo de encuentro queremos hacer, con quiénes, y cómo, para que quien esté llegando se sienta recibida y para quien hace tiempo que está en la construcción, no tenga que volver siempre al nivel del comienzo.